Nuevo – Segundo Esfuerzo

“he aquí, Yo hago todas las cosas nuevas” Apocalipsis 21.5

¿Te ha pasado que tienes la necesidad de cambiar? ¿Empezar de nuevo? ¿Volver a ordenar todo? A mi muchas veces y no recuerdo cuando empezó, quieres dejar atrás muchas cosas, es como hacer un pacto contigo mismo y como señal modificas lo que está a tu alcance, tu cuarto, la ropa, las cajas de cosas que tienes guardadas para cuando las necesites (nunca las necesitas), los apuntes y revistas, los afiches que se han ido acumulando en esa habitación que ya presentan desgaste y están amarillos, hay que cambiarlos o quizás solo representen una época que ya pasó, TODO está desgastado, las formas y el fondo solo queda eliminarlos. Es un nuevo comienzo, pero ¿cuantos nuevos comienzos necesitamos?.

Al escritor norteamericano Nathaniel Hawthorne* se le ocurrió en otra época que este mundo está desgastado y que se debería volver a crear todo de nuevo, escribió un cuento, una ficción, pensó en un lugar donde los hombres pusieran todas las cosas, todo lo que ha llegado a ser elevado por el hombre a la categoría de importante, entonces dice Hawthorne que llegan hombres de todos los confines del mundo y en una llanura hacen una gran hoguera que alimentan con un sin fin de cosas de las cuales nombro algunas; todas las genealogías, todos los diplomas, todas las medallas, todas las coronas, todos los cetros, todas las tiaras, todos los doseles, todos los tronos, todas las bolsas de café, todos los cajones de té, todos los cigarros, todas las cartas de amor, toda la artillería, todas las espadas, todas las banderas, todos los metales preciosos, todo el dinero, todos los títulos de propiedad, todas las constituciones y códigos, todos los libros, todas las mitras, todas las dalmáticas, todas las “sagradas escrituras” que hoy pueblan y fatigan la Tierra. La fábula de Hawthorne es interesante, el termina diciéndonos que hay algo que no se pudo echar al fuego, el corazón del hombre, desde donde se maquina la maldad en el mundo, decir el corazón equivale a decir el alma, quiere decir que es un engaño pensar que en todas las cosas está la fatiga, el germen de lo que pasa, de lo que se desgasta, de lo que yerra y angustia de lo que aflige y cansa, de lo que te hace buscar siempre empezar de nuevo. Nos dice el escritor que el alma debe ser purificada, el corazon renovado ¿será el que nos hace verdaderamente empezar de nuevo?.

El epígrafe resume a lo que quiero llegar.

Comentarios

Di dijo…
Estoy en esa etapa justamente, de "volver" a empezar de nuevo.. a pasos lentos, mudando de a poco, dejándome renovar por Aquel que "hace nuevas todas las cosas".

Gracias por la visita a mi blog!
Dios te bendiga =)

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