El Reino de la Confusión - La creación de un ídolo


Cuenta la tradición que el popular culto al “señor de los milagros” se inició a raíz de un terremoto que asoló Lima, un joven había pintado días previos al terremoto una ¿imagen? de Cristo en un muro y el muro permaneció en pié luego del terremoto, solo el contorno de la imagen permaneció, lo cual dio pié a conjeturas fáciles, pretexto perfecto para edificar un ídolo de concreto y convertirla en una tradición de larga trayectoria y fama.

En el antiguo Israel hay un pasaje ubicado en el libro de Jueces, el cual nos da bríos de cómo se gesta un ídolo, llámese imagen de fundición. Lo curioso de este pasaje es que en él y en los pasajes precedentes se repite varias veces lo siguiente:

“En aquellos días no había rey en Israel y cada cual hacía lo que bien le parecía.”

Un ídolo se gesta cuando no hay orden, cuando no hay una autoridad que guíe al pueblo, el pueblo hace lo que bien le parece y ese escenario de confusión en el perfecto caldo de cultivo de los ídolos. Jueces 17 nos narra la historia de un joven que recibe de su madre un ídolo de fundición y hace sacerdote a su hijo, el joven lo hace con la mejor de la intenciones, y con la justa idea de seguir a Dios, de honrarlo. Esto hasta que pasa por su casa un levita, se entiende que los levitas eran sacerdotes por un orden establecido en los tiempos de Moises. El joven le pide al levita que sea su sacerdote y “mejora” su manera de honrar a Dios, hace como dice “lo que bien le parece”, y afirma para si mismo “ahora si me bendecirá Dios”. Luego vendrán los de la familia de Dan y tomarán al sacerdote y al ídolo para ellos y “mejoran” el servicio, introduciendo un culto extraño en todos los descendientes de Dan. Las consecuencias de eso se ven en el siguiente capitulo cuando la ciudad de los de Dan es comparada con Sodoma y Gomorra y hasta me atrevería a decir que por esto es desechada, pues no aparece entre los 144 mil sellados en Apocalipsis. 

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